RCP Y PRIMEROS AUXILIOS EN MASCOTAS
Cómo salvar la vida a tu mascota en una situación de emergencia.
Dado que nuestras mascotas en la actualidad, forman parte de nuestra familia. Pasan a ser un miembro más por el amor, cariño, compañía y dedicación que nos aportan de manera desinteresada y honesta. Es por eso que cada vez es más importante que aprendamos técnicas de reanimación y primeros auxilios para tratar de salvar la vida de nuestros amiguitos en caso de que las cosas se compliquen. Con procedimientos sencillos y prácticos bien aplicados, podemos cambiar la situación.
Te queremos compartir algunos aspectos básicos que deberás seguir en caso de emergencia, si necesitas un curso de primeros auxilios, consulta a con un profesional.
Comprobación del pulso. Para saber cuál es el pulso del animal, es necesario colocar el índice o medio en la parte interna de su muslo, debajo de la zona del tobillo, o directamente en su pecho. Existen tres indicadores de que la salud de tu mascota no está siendo la correcta, y son: Color gris en las encías y/o en los los labios y que las pupilas no respondan a los cambios de luminosidad.
Si no respira o no tiene pulso. En el caso de que tu mascota no respire y no encuentras su pulso cardiaco, hay que optar por llevar a cabo una maniobra de reanimación cardiopulmonar (RCP) con tanta prontitud como sea posible, ya que en estos casos cada segundo es de vital importancia para salvar su vida. OJO: Si el animal tiene pulsaciones, realizar esta maniobra podría tener el efecto contrario y empeorar la situación. Asegúrate bien antes de comenzar.
Habrá que tumbarlo del lado derecho y que su costado izquierdo quede hacia arriba de forma que la maniobra se pueda realizar directo del lado donde se ubica el corazón. Las compresiones se harán firmes, rítmicas y constantes con la presión adecuada para el tamaño de cada mascota (2cm razas pequeñas y gatos, 4cm para talla mediana y 6cm para animales de talla grande), tu mano líder se posiciona sobre la otra mano, con ambas palmas hacia bajo.
Oxigenación: Deberás cerrar el hocico de tu mascota y soplar de una vez, dentro de su naríz. Recuerda ventilar entre cada ciertas compresiones hasta que llegue la ayuda profesional como un veterinario o lo lleves directo a la clínica de mascotas.
Maniobra de Heimlich. Si tu mascota tiene pulso pero no puede respirar, tendrás que introducir aire a través de sus vías respiratorias. Si llegado éste punto y la mascota no reacciona, será necesario aplicar la maniobra de Heimlich. Para esto, tendrás que voltear al animal de forma que su espalda quede pegada al pecho del reanimador. Rodear con ambos brazos y entrelazar ambas manos donde se tocan las costillas y el estómago de tu mascota. Con ayuda de tus brazos, realizarás un total de 5 compresiones con fuerza. Si la mascota sigue sin respirar, continuar repitiendo.
Habrá qué comprobar si existe algún objeto que pueda estar obstruyendo las vías respiratorias.