¿SAL NATURAL O REFINADA?

NATURAL Y SIN ADITIVOS Y DENTRO DE UNA DIETA EQUILIBRADA Y SALUDABLE

Lo cierto es que elegir una buena sal y utilizarla bien puede ayudarnos a mantener la salud. La sal es un componente elemental en el plasma sanguíneo, fluido linfático, fluido extracelular y líquido amniótico. Mantiene y regula junto con el agua la presión arterial, nivela el azúcar en sangre, ayuda a que nuestros músculos se puedan mover gracias al intercambio iónico de potasio-sodio, es esencial para la generación de energía hidroeléctrica en las células del cuerpo, forma parte de los cristales minerales de la matriz ósea de los huesos, es necesaria para la absorción de nutrientes a través del tracto intestinal además de ser un importante antihistamínico natural. Considerando todos los puntos anteriores, la sal natural en nuestra alimentación es muy importante en las medidas adecuadas.

La cantidad de sodio en los alimentos procesados y comidas rápidas que ingerimos es tan alta, que sin darnos cuenta nos resiente las papilas gustativas y necesitamos más y más sal para lograr el mismo efecto. Por eso vemos a algunas personas usar sal de mesa de forma exagerada, incluso antes de probar la comida y por si fuera poco, la cantidad de fructosa que se le añade favorece patologías cardiacas y demás problemas de salud.

Entonces, ¿qué tipo de sal natural es mejor comprar?

Tanto la sal del Himalaya como la sal marina tienen el equilibrio de minerales, la proporción correcta de sodio y potasio que beneficia a nuestro organismo. Que la sal se pegue o se apelmace es buen indicador. La sal natural contiene un 84% de cloruro de sodio y un 16% restante de minerales naturales, entre ellos el magnesio, el silicio, el yodo o el fósforo. La sal natural contiene proporciones muy parecidas a las proporciones de minerales que tenemos en nuestro cuerpo, la sinergia de todos estos minerales en su proporción adecuada favorece la homeostasis, es decir, el equilibrio en nuestros procesos fisiológicos. Estas sales favorecen el buen equilibrio sodio-potasio en nuestras células, la cual es esencial para la vida.

Entre estas substancias químicas añadidas encontramos absorbentes de humedad y anti apelmazantes, algunos de ellos perjudiciales para la salud. Uno de los anti apelmazantes en la sal de mesa es el hidróxido de aluminio, que evita que la sal se pegue y quede bonita y separadita. Sin embargo este componente es bastante tóxico y afecta al sistema nervioso. También se le añade a menudo flúor, que sabemos que en dosis elevadas es tóxico y puede ser un potente cancerígeno. En la sal de mesa hay mucho más sodio que en la sal natural y no existe esa proporción equilibrada e idónea de minerales, lo cual aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, retención de líquidos e hipertensión, entre otros.

La sal es uno de los condimentos más usados en todo el planeta, siempre se ha relacionado con la hipertensión e incluso con la muerte por diversas causas cardiovasculares. Tómala con moderación.